Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con deslumbrante maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en un https://dawudjfuf091695.iyublog.com/37420544/el-cabezazo-de-zidane-y-sus-repercusiones-mediáticas